Esta historia relata sobre cómo el dios principal de la mitologia nórdica pierde su ojo y queda atrapado en el pozo del dios de la sabiduria Mimir.

En Jotunheim, la morada de los gigantes, se encuentra el pozo de Mimir. Surge de las profundidades de la tierra y alimenta a Yggdrasil, el árbol del mundo. Mimir, el sabio, el guardián de la memoria, sabe muchas cosas. Su pozo es sabiduría y, cuando el mundo era nuevo, Mimir solía beber de él cada mañana. Recogía el agua con el cuerno llamado Gjallerhorn y bebía un buen trago.

Hace mucho, muchísimo tiempo, cuando los mundos eran jóvenes, Odín se puso su larga capa y su sombrero y, disfrazado de vagabundo, atravesó la tierra de los gigantes arriesgando su vida para ir en busca de Mimir y hallar la sabiduría.

Odín, al ver el agua de manantial que se encontraba en el pozo, decidió preguntarle a Mimir si le podía otorgar un poco de su agua de su pozo para poder obtener sabiduría, pero éste se negó con la cabeza, ya que era sumamente celoso con su agua, pues nadie bebía de esa agua más que el mismo Mimir.

Odín no quedó satisfecho con la respuesta por lo que le dijo que era su sobrino y que por ende, merecía un poco de agua, pues su madre Bestla era hermana de Mimir, pero él respondió que no era suficiente eso y que como era su agua el ponía el precio a pagar y eso era uno de sus ojos.

Odín no preguntó siquiera si era una broma o no, ya que su viaje había sido largo y muy peligroso por lo cual le pidió un cuchillo a Mimir, y con este se quitó el ojo. Así que Mimir le llenó su cuerno de agua pero no sin antes pedirle que lanzara su ojo al pozo, y que lo dejara ahí para siempre, por lo cual Odín, sin titubear, hizo lo que pidió Mimir. Éste, al ver que Odín habia cumplido sus peticiones, le entregó el cuerno con el agua de su pozo.

Al momento de beber el agua, Odín consiguió la sabiduría esperada por lo cual logro notar que miraba mas claramente y desde mas lejos con un solo ojo a comparación de cuando tenia 2 ojos.

A partir de ese momento, Odín recibió varios nombres más: Blindr, el dios ciego; o Hoarr, el tuerto; o también Baleyg, el del ojo flamígero.

El ojo de Odín quedo en el pozo sin nada que ver pero al mismo tiempo viéndolo todo; pero al cabo de un largo tiempo la guerra entre Aesir y Vanir estaba llegando a su fin por lo que ambos bandos estaban intercambiando guerreros y jefes. Odín mandó a Mimir como consejero del dios Hoenir del bando de Aesir, quien se convertiria en el rey de vanir.

Hoenir era alto por lo que tenia el parecido de un monarca. Cuando Mimir estaba a su lado para aconsejarlo también hablaba como un rey y tomaba sabias decisiones. Pero cuando Mimir se ausentaba, Hoenir parecía incapaz de tomar una decisión y los vanir pronto se cansaron. Pero no descargaron su ira contra Hoenir, sino contra Mimir por lo que en forma de demostrar el descontento le cortaron la cabeza y se la enviaron a Odín.

Pero en lugar de enojarse, le frotó unas ciertas hierbas a Mimir para que este no se pudriera y también recitÓ encantamientos y hechizos para que su sabidurÍa no se perdiera. Y de pronto, la cabeza abrió los ojos y empezó a hablar.

Odín, al ver esto, inmediatamente llevó la cabeza de Mimir al pozo bajo el árbol del mundo y lo depositó al lado de su ojo bañandose en el agua de la sabiduría, por lo que Mimir se quedaría ahí hasta que Heimdall haga sonar el Gjallerhorn solamente una vez al final de todas las cosas cuando llegue el Ragnarok.

Personalmente esta historia fue sumamente interesante de leer y entender debido a su calidad, ya que nos muestra el contexto de como un dios tan poderoso puede sentir respeto a quien está por debajo de él en poder tanto físico y mágico, pero con algo aún mas valioso lo cual es la sabiduría, y nos muestra su valor y por ende la importancia que se le debe respetar sin importar quien sea su portador.

Les agradezco por tomarse el tiempo de leer el articulo del apartado de Sobrenatural de Revista SOMOS CONALEP, el cual tiene artículos nuevos todos los días de diferentes apartados con temas sumamente interesantes. Sin mas que decir: buenos días, tardes o noches.