ODISEO, REY DE ITACA Y PROTAGONISTA DE LA ODISEA, DE HOMERO

Escila y Caribdis, estos dos temibles monstruos de la mitología griega, habitaban en el estrecho de Mesina, angosto mar entre Italia y Sicilia, una isla al sur de esta tierra. En la icónica Odisea de Homero, Odiseo debe enfrentarse a estas dos bestias no sin antes ser advertido por la hechicera Circe:
LA ODISEA, CANTO XII
Σκύλλα (Escila)
LA ODISEA, CANTO XII
En la versión más popular de su trágica historia, Escila fue alguna vez una hermosa ninfa del agua con la cintura, busto y rostro de una preciosa doncella, y una larga cola como la de un pez en vez de piernas, hija de la diosa Hécate y el dios marino Forcis.
Fue su belleza la que cautivó al inmortal Glauco, un pescador convertido en divinidad por los dioses del Olimpo, quien después de una desastrosa declaración acudió a la hechicera Circe.
Lo que Glauco no sabía era que Circe lo amaba a él, cosa que le expresó después de negarse a prepararle un hechizo para enamorar a Escila. Glauco rechaza a Circe y esta, loca de celos, prepara un horrible brebaje y lo vierte en las aguas en las que nadaba Escila, transformándola en un aterrador monstruo que ladra y aúlla, de cuyo vientre brotan seis cabezas de perro sus doce patas delanteras.
Glauco, horrorizado, decide huir, y Escila queda a su suerte.
Χάρυβδις (Caribdis)
LA ODISEA, CANTO XII

Caribdis es un monstruo marino alguna vez retratado como una preciosa ninfa hija de Gea y Poseidón, castigada por Zeus en una versión por su lujuria y en otra por inundar ciudades con esperanzas de engrandecer el reino de su padre, morando frente a la roca donde se encuentra Escila.
La terrible Caribdis traga enormes cantidades de agua tres veces al día, y con eso todos los barcos y tripulantes que vengan ahí. Posteriormente escupe el agua que tragó, tan violentamente que causa feroces remolinos y tormentas que harán naufragar a cualquier embarcación, que nunca se enterarán del origen de su perdición gracias a una espesa niebla.
Entre Escila y Caribdis
En el doceavo canto de la Odisea, Ulises toma la decisión de arriesgarse al acercarse a Escila para no perder la nave entera en las fauces de Caribdis. A consecuencia de su elección, seis de sus tripulantes mueren atacados por las múltiples cabezas de Escila.
No está de sobra compartir que ambas Escila y Caribdis tienen apariciones en otros mitos, y además, como dato curioso, “entre Escila y Caribdis” es una alternativa poco común a la popular frase “Entre la espada y la pared.” (en lo personal, voy a agregarla a mi vocabulario solo porque sí.)
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