¿Alguna vez te preguntaste porque nos enseñan de ciencia?, o ¿por qué debería interesarme la ciencia?
Empecemos por el inicio: claro que es importante estudiarla, mucho más si queremos trabajar de ello, pero, ¿y si no quiero trabajar de eso? Está bien no querer trabajar de eso.
Pero verás, aún cuando no quisieras trabajar de esto deberías saber al menos lo conveniente para ti. ¿A qué me refiero con esto? Bueno, pongámoslo de esta manera:
Si te enfermas, ¿qué haces? Tomas medicina, claro; y, ¿cómo se crea la medicina? Con química ¡claro! La química viene a ser una rama de la ciencia, pero no solo hablamos de lo físico, no no… la ciencia abarca desde nuestro cuerpo hasta nuestra salud mental y psicológica.

La ciencia nos ayuda a saber el cuando, el como y el por qué de nosotros mismos: somos un misterio con piernas. Quien sabe de ciencia sabe de la vida, pero no nos equivoquemos: inteligente no es quien almacena información sino quién sabe cuando y como utilizar lo que sabe.
Seguro existe una rama de la ciencia que está en busca de ti, ¿te buscará la biología? Tal vez te busque la psicología, o bien puede estarte buscando la astronomía, la antropología; o tal vez eres como tu escritora aquí que se va más bien por varias, como la lingüística, las ciencias sociales, la pedagogía o la economía.
Sea cual sea la rama que te atrape dentro de ella, nunca está de más saber de que tratan, tanto como para crecer, como para cuidarte, saberte curar y reponer o ayudar a tus familiares, conocidos y amigos.
No necesitas ser un come libros ni estar encerrado en biblioteca (que yo amaría hacer eso), con buscar datos random en línea, buscar sobre ti, analizarte, preguntar a tus maestros, a tus padres, a quién mas confianza le tengas; escuchar tu alrededor y anotar rápidamente aquello que te cause curiosidad, poco a poco sabrás más sobre la vida y por lo tanto sobre ti mismo, y el por qué eres como eres, o por qué los que conoces son como son.

¿No crees que sería un fabuloso experimento? Es un espléndido tema de conversación para sacar en alguna plática incómoda, o simplemente saberlo para ti mismo te ayudaría más de lo que podrías imaginar.
¡Hay que enamorarnos de la ciencia! No se necesita ser un cerebrito andante, solo ser un curioso sin remedio y tal vez un rarito entre todos, porque a fin de cuentas los raritos somos quienes más logran y mas destacamos.
¿Entonces? ¿Te animas? ¿Te unirás a nosotros los raritos? ¡Únete a quien tu quieras! Mientras más sepan, más se disfruta.
Cuéntanos, ¿Qué ciencia te llama mas la atención?, ¿o en cuál eres mejor? Esperamos te haya gustado esta nota. Te invitamos a seguir leyéndonos y compartirnos con más personas para que todos seamos raritos juntos.
Su escritora favorita se despide, ¡Hasta la próxima nota!

Deja un comentario