El bioma de la tundra es de los más fríos de la tierra, ya que está ubicado cerca de zonas polares y de latitudes altas con inviernos largos, secos, y oscuros al no recibir mucha luz solar por su lejanía con el ecuador.

Desierto Polar
Desiertos polares, como suele llamarse a los biomas de tundra, hay muchos en el mundo. Alaska, el norte de Canadá, Rusia, el norte de la Antártida y el sur de Groenlandia son algunos ejemplos. Se divide a los biomas de tundra en tres: Ártica, Alpina y Antártica.
La tundra Ártica está en el hemisferio norte de nuestro planeta que abarca gran parte de Alaska y Canadá. En esta tundra hay un subsuelo congelado comúnmente denominado “permafrost.”
Una preocupación relacionada con el permafrost es que su deshielo esté contribuyendo al calentamiento global, y a la liberación de varios gases que en grandes cantidades son altamente peligrosos para todos los seres vivos.
La tundra Alpina está en las zonas montañosas, más específicamente en la cima de las montañas, a un nivel por encima del mar en el que ya no crece ningún árbol y las temperaturas nocturnas están bajo cero.
Por último, pero no menos importante: La tundra Antártica es uno de los ecosistemas menos comunes en todo el planeta, con menos flora y fauna incluso que los dos ecosistemas anteriores y unos cuantos ejemplos como las Islas Georgias y Sandwich del sur y las Islas de Kerguelen.
POCA FLORA
Quizá la flora en este tipo de biomas sea poca, pero aun así hay algunos ejemplos de plantas lo bastante resistentes como para persistir y florecer en climas tan duros y suelos tan secos, entre las que hay unas 400 especies de plantas con flores y 1700 de hepáticas y pastos.

Entre estas están las amapolas, la hierba de fuego enana, el sauce enano, las bayas, los líquenes y las plantas de algodón.
Blancos como la Nieve
El precioso pelaje blanco de la mayoría de los animales del ártico es confundible con la nieve para asegurar que puedan confundirse con su entorno y así esconderse de los depredadores o conseguir a sus presas más fácilmente. Además, su pelaje suele ser grueso para poder hacer frente al clima.

Algunos ejemplos son los lobos y zorros árticos, las liebres árticas, los osos polares, y muchos más. Entre los que no son mamíferos están los halcones, los pingüinos y otras aves marinas, e incluso algunas especies de mariposas y saltamontes en las zonas alpinas.
El bioma de la tundra nos ha regalado muchos de los paisajes más hermosos del planeta, aunque al día de hoy varios peligran gracias al calentamiento global.

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